miércoles, 26 de septiembre de 2012

" La marca España"

Parece que "la marca España" que quiere vender Margallo y el Rey en América no se la cree nadie, y la verdad es que viendo las imágenes que publica el periódico es natural la incredulidad de quienes escuchan sus palabras.

La reunión que tuvo el Rey Juan Carlos el día 24 con The New York Times para convencerles de lo bien que marcha España, obtuvo respuesta con un articulo publicado ese mismo día por el diario neoyorquino, demostrando la verdadera realidad de muchos ciudadanos españoles.

No se sabe a quienes quieren engañar, a los The New York Times no se lo han colado, la imagen y el articulo lo dicen todo por si misma, y es como se puede apreciar, todo lo contrario a lo que quieren vender.

Aunque si de verdad quieren vender una marca, es mas llamativa la de:"porque no te callas". Esta es la visión en el extranjero de "la Marca España"

                                                        Fotografía The New York Times


Traducción en español del articulo The New York Times: Spain Recoils as Its Hungry Forage Trash Bins for a Next Meal

ESPAÑA RETROCEDE MIENTRAS LOS HAMBRIENTOS REBUSCAN ENTRE LAS BASURAS SU SIGUIENTE COMIDA

MADRID. En una tarde reciente una joven estaba rebuscando entre un lote de cajas de deshechos fuera de una verdulería que estaba a punto de cerrar aquí en la barriada obrera de Vallecas.

A primera vista daba la impresión de ser una de las empleadas. Pero no. La muchacha estaba rebuscando entre las basuras su siguiente comida. Ya había encontrado una docena de patatas viejas que pensaba eran comibles y las guardaba en un carromato aparcado cerca.

-Cuando no tienes suficiente dinero, esto es lo que hay – dijo, rehusando darnos su nombre.

La mujer, de 33 años, nos señaló que en un tiempo había trabajado en Correos pero su subsidio de desempleo se había agotado y ahora subsistía con 400 euros al mes, unos $520. Estaba con algunos amigos de okupas en un edificio donde todavía había luz y agua, y a la vez recogía “un poquito de todo” entre las basuras una vez que las tiendas habían cerrado y las calles estaban oscuras y tranquilas.

Tales tácticas de supervivencias son cada vez más comunes, con un paro de 50% entre los jóvenes y más y más familias se encuentran con adultos en el paro. Tan extendida está esta práctica de ‘carroñear’ entre las basuras que en una ciudad española han tomado la medida de ponerle candados a los contenedores de basura de los supermercados como precaución sanitaria.

Un informe este año por la ONG católica Caritas mantiene que en 2010 le dio de comer a cerca de un millón de españoles, más del doble del 2007. Y ese número supone un ascenso de 65,000 de la cifra del 2011.

                                                                    Comedor de Caritas

Mientras España desesperadamente se esfuerza en cumplir sus objetivos presupuestarios, se ha visto forzada tomar el mismo camino que Grecia, introduciendo una medida austera tras otra, cortando trabajos, salarios, pensiones y beneficios, incluso cuando la economía continúa en retroceso.

Más recientemente, el Gobierno subió tres puntos el IVA, al 21%, de la mayoría de los productos, y un 2% más en el IVA de los productos alimenticios, haciéndole la vida mucho más difícil a aquellos que ya viven al límite.

Las administraciones autonómicas están dando poco respiro, ya que ellas sufren su propia crisis financiera, cuando hacen recortes a servicios que hasta ahora habían sido gratis, como eran los almuerzos para los escolares de familias de nivel adquisitivo bajo.

Para un creciente número ‘la comida’ rebuscada en los basureros les ayudaba a vivir.

Recientemente en el enorme mercado de abasto de fruta y verdura en las afueras de la ciudad los trabajadores bullían cargando cajas de víveres en los camiones. Pero a la sombra de estos camiones se rezagaban hombre y mujeres para recoger furtivamente la fruta y verdura que a veces se caía y terminaba en la cuneta.

-Hiere la dignidad de estas personas el tener que buscar comida de esta forma – le dijo el Sr Berloso a un gerente en Girona, una de las ciudades que ha puesto candados en los contenedores de los grandes supermercados.

El Sr Berloso propuso esta medida el mes pasado después de escuchar las protestas de Asistentes Sociales, y presenciarlo por sí mismo, “el gesto de una madre y sus hijos rebuscando y escarbando en los contenedores de basura”.

El informe de Caritas también resaltaba que el 22% de los hogares españoles se encontraban por debajo del límite de la pobreza, y cerca de 600,000 no tenía ingresos ningunos. Se espera que estas cifras aumenten en los siguientes meses.

Una tercera parte de aquellos que buscan ayuda, continúa Caritas, nunca había hecho uso de los comedores comunes antes que llegara la crisis. Para muchos de ellos el tener que pedir ayuda es altamente embarazoso. En algunos casos, familias enteras van al pueblo vecino a los comedores comunes para que sus amistades y vecinos no los vean.

En Madrid recientemente, cuando un supermercado estaba a punto de cerrar en la barriada de Entrevías de Vallecas, se congregó un pequeño número, a la espera de que sacaran los contenedores de basura y los dejaran al borde de la acera. La mayoría de estas personas reaccionaron con enfado al detectar la presencia de reporteros. Al final, pocos de ellos consiguieron adueñarse de algo al medida que los carros de basura cargaban la basura y se la llevaban.

Pero por la mañana en la parada del autobús del mercado de abasto, hombres y mujeres de todas las edades esperaban, cargados con el botín recogido. Algunos insistían que los habían comprado los comestibles, aunque normalmente el mercado de abasto no surte a individuos.

Otros confesaban que era el resultado de rebuscar entre las basuras. Victor Victorio, un inmigrante de Perú de 67 años, dijo que venía aquí con regularidad para recoger la fruta y verdura caída en la cuneta. El Sr Victorio, que perdió su empleo en la construcción en el 2008, nos dijo que vivía con su hija y que contribuía cuanto se encontraba (hoy eran pimientos, tomates y zanahorias) a la olla familiar. – Ésta es mi pensión – añadió.

Para los mayoristas que tienen aquí sus comercios se le hace duro el ver a personas rebuscando entre los deshechos. -No es agradable ver lo que le está ocurriendo a esta gente – decía Manu Gallego, el gerente de Frutas Canniad – no debiera ser así.

En Girona, el Sr Berloso nos comunicó que el objetivo en cerrar con candados los contenedores era mantener al personal saludable y empujarlos a asistir a los comedores comunes de caridad. A medida que se ponen candados en los contenedores, el pueblo pone agentes en los alrededores que reparten cupones informando al personal a que solicite ayuda de los Servicios Sociales.

Nos dijo que entre 80 y 100 personas habían estado rebuscando entre las basuras antes que se tomara esta medida, con la cierta posibilidad que había muchos más confiando en recoger deshechos para subsistir.

Los candados del Sr Berloso creé furia por toda España, donde la crisis económica está generando cada vez más hambre. Un grupo de alcaldes y sindicalistas en el sur del país, donde el paro es mucho más alto que en el resto, recientemente se abastecieron (a la manera de Robin Hood) de víveres en varios supermercados y los forzaron a contribuir con sus productos a familias necesitadas.

Más de una docena de personas se enfrentan a juicios por robo al llevar a cabo esta acción social. Pero no se arrepienten y tienen un apoyo masivo local. – Si el coger productos alimenticios para abastecer a familias necesitadas es robo, yo soy culpable – dijo uno de estos hombres, Francisco Molero, del sindicato SAT, le informó a los periodistas.

Algunos políticos dicen que el poner candados en los contenedores de Girona, sólo es para proteger le imagen de Girona. Dominado por edificios medievales y las calles pintorescas adoquinadas de la antigua barriada judía tan bonita, esta ciudad de 100,000 habitantes se nutre mayormente del turismo.

-Los asistentes sociales y los agentes pueden referir a las personas a que se dirijan a los centros de distribución de comida, sin necesidad de cerrar los contenedores con candados – nos decía Pía Bosch, una concejal socialista del municipio de Girona. – Es como querer matar a una mosca con una bala de cañon.

El paro es relativamente bajo en Girona, un 14%, comparado con el 25% del resto del país. Pero más y más familias nos tienen ingresos. De los 7,700 desempleados en Girona, dijo Sr Berloso, el 40% ya no gozan de beneficios.Muchos, añadió, son personas que nunca habían esperado encontrarse en tal situación.

Ramón Barnera, que está a cargo de los programas de Caritas en Girona, dijo que la organización se dio cuento muy pronto que la vergüenza era un factor que impedía que la gente se acercara a pedir ayuda. Por eso, hace tres años concibió el crear establecimientos que dieran la impresión de ser supermercados para distribuir comida, y a la vez quitaron el nombre de Caritas de la fachada del establecimiento. -Había que buscar una forma que no hiriera la dignidad – añadió el Sr Barnera. – Esto no es fácil para la gente.

Una mañana, Juan Javier, de 29 años, que se había llegado a recoger leche, pasta, verduras y huevos de unos de los centros de distribución, era unos de los clientes dispuestos a hablar de su caso. Había trabajado en una imprenta y llevaba parado dos años. – Me gustaría tener un trabajo y no encontrarme aquí.

En un comedor de caridad cercano, Toni López, de 36 años, esperaba pacientemente un almuerzo con su amiga, Monica Vargas, de 46, una esteticista. La pareja recientemente se encontró en la calle al no poder pagar la renta durante dos meses. –Toda la vida hemos sido gente trabajadora – dijo el Sr López. – Solamente estamos aquí porque somos personas decentes. El dueño de la casa aporreó la puerta del piso exigiendo la renta, así que le dijimos: “Aquí tiene usted las llaves.”

El Sr López, que ocasionalmente logra trabajo en cocinas de restaurantes, nos confesó que tenía una hermana, pero que no había acudido a ella en busca de ayuda. –No soporto el tener que decírselo. Siempre he salido adelante. Siempre me he mantenido a flote. Esta situación es completamente nueva.